viernes, 28 de agosto de 2015

Control de exposición.

Al regular la velocidad del obturador y la abertura del diafragma el fotógrafo consigue una cantidad exacta de luz para una correcta exposición fotográfica. La velocidad del obturador y la abertura del diafragma son directamente proporcionales; al incrementar la velocidad del obturador en una unidad cambiará un f-stop. Al modificar en un punto la exposición se produce un cambio en la velocidad de obturación y el diafragma, cuyo resultado será que la cantidad de luz para la exposición sea la misma. De esta manera, al aumentar la velocidad de obturación el diafragma debe aumentar en la misma medida permitiendo una idéntica cantidad de luz expuesta sobre la película o dispositivo electrónico.

Obturadores rápidos, 1/125 segundos o menos pueden captar objetos en movimiento. Otra afectación característica es controlar la profundidad de campo, de igual forma llamada zona de enfoque, que es la distancia entre el punto más cercano y más lejano del sujeto u objeto que aparece nítido en una exposición determinada del enfoque. Al disminuir la abertura la profundidad de campo crece, y al aumentar disminuye.

Una gran profundidad de campo, es decir, la máxima nitidez de todos los puntos de la escena, desde el primer y último plano, se utiliza una abertura pequeña con una velocidad de obturación más lenta. Logrando de esta forma captar el movimiento que necesita una gran velocidad de obturación, en compensación a una gran abertura, la profundidad de campo se reduce.

La oferta y el conocimiento de cámaras son muy diversos, así como su tamaño. Las primeras cámaras, del tipo estenopeícas no tenían objetivo, la cantidad de luz se controla al cerrar el orificio. Las cámaras conocidas como de uso general, cámaras de cajón, consiste en una caja de madera o plástico con un objetivo simple y un disparador de guillotina en un extremo, en el otro un soporte para la película. Dotada de un sencillo visor por la que se ve la totalidad de la zona a fotografiar.


Las del tipo técnica para uso profesional es más parecidas a las antiguas que aún se pueden ver en uso. No obstante, a pesar de las grandes cualidades de ella, la mayor parte del sector profesional y aficionados utilizan modelos de mayor versatilidad, en donde destaca las del tipo réflex con un solo objetivo “SLR, réflex de dos objetivos TLR y la de visor directo. En su mayoría las del tipo SLR funciona con un cuadro fotográfico de 35mm, mientras que las del tipo SLR y algunas SLR y de visor directo usan un formato medio; 120 o 220.


La cámara réflex digital de Nikon:
 Con apenas más de 16 onzas, la estética y compacta facilita la fotografía de alto desempeño réflex digital. Visor réflex preciso y brillante: Un visor grande facilita las composiciones y el brillo general del mismo permite enfocar en situaciones de luz tenue. El brillante y nítido visor, con aumento de 0.8x, asegura una composición precisa.


Las 
cámaras réflex de objetivos gemelos, normalmente conocidas como TLR (del inglés Twin lens reflex), son aquellas cámaras fotográficas que disponen de dos objetivos gemelos en cuanto a distancia focal, aunque el superior carece de diafragma y de obturador. La misión de este objetivo es únicamente ofrecer una imagen al visor. Ofrecieron en su día una alternativa a las cámaras réflex de objetivo único (SLR).

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